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Credito de Foto: Michael Harlan Turkell
TLC: Dinos, por favor, ¿en qué proyectos interesantes estás trabajando ahora?
AS: En un restaurante nuevo en Austin, TX, llamado Los Sánchez, que abriremos en febrero de 2016. Un nuevo libro de relatos sobre mi vida, muchas de las recetas de mis amigos, y mis viajes. Voy a grabar más Chopped y más Taco Trip en el Cooking Channel.
TLC: Tuviste la bendición de haber caído en la cocina gracias, en gran parte, a tu mamá. ¿Qué consejo tienes para los latinos que tratan de encontrar sus lugares en la vida, que no tienen las mismas oportunidades?
AS: Creo que tienes que conservar tu idioma. Hay un refrán que dice: “Cuando pierdes tu lengua, pierdes tu patria”. Debes preservar las raíces culturales que tenemos. Seguir aprendiendo, regresar a tu país de origen, hablar con tu abuela, con la gente que realmente puede orientarte. Si haces eso, tendrás un gran cimiento. Lo cierto del caso es que mi historia no es muy diferente a muchas otras. Lo que hizo mi mamá fue para su subsistencia. ¿Cuántas mamás y cuántos papás andan por ahí? Mi historia no es diferente de otras, la mía es un poco más acelerada y reconocida.
TLC: Parece que tu carrera encaja con tu personalidad. Parece gustarte mucho mantenerte activo en la cocina.
AS: La clave de la longevidad es permanecer bien rodeado y reinventarte, mantenerte avanzando. Siempre he sido el tipo de persona que busca el conocimiento a pesar de mis reveses. En mi vida han pasado cosas buenas y cosas malas, pero siempre sigo adelante y procuro las lecciones.
TLC: ¿Cómo te sientes siendo parte de una generación de chefs que hace que la industria luzca atractiva, interesante y, más que nada, sexy?
AS: La idea de ser apasionado, creativo, y emplear toda tu alma en lo que haces es lo que la gente, en realidad, encuentra sexy. La idea de ser un líder. No tengo jefe, bueno, exceptuando a mi mamá, quizás. Cuando piensas y actúas con esa confianza, la gente lo encuentra atractivo. También digo que ser honesto y tratar a las personas con respeto también suma. Luchamos por modelos inspiradores. Mucha gente venera a los atletas, pero ser chef es una profesión digna. Es un trabajo muy duro, pero te gratifica.
TLC: ¿Es importante tener apoyo familiar para triunfar?
AS: Somos una familia latina típica. Nos gusta decir a los demás que tenemos a alguien famoso en la familia. ¡Mi primo es famoso! Mi primo está en la televisión. Mi familia no es diferente. Han sido muy solidarios. Los he tenido en mi programa. Vivo con mi tío. Él ha sido mi mundo, ha salido en mis programas.
TLC: Hablamos mucho de que los latinos son la nueva realidad Americana. Dos culturas/dos idiomas. Eres un hombre latino que cocina, cuando se nos ha acostumbrado a nuestras madres, abuelas y tías en la cocina. ¿Qué piensas de estar a la vanguardia de esa realidad, un macho en la cocina?
AS: Creo que es necesario y que ya es hora. No puedo hablar de los roles muy tradicionales porque mi mamá era papá y mamá. No tuve necesariamente esa historia. Ayudaba en la cocina cuando mi mamá me necesitaba. Creo que es importante y que los tiempos han cambiado. Hay que moverse con los tiempos, o ellos te dejan atrás.
TLC: Te he visto en programas como Chopped y Heat Seekers, por mencionar algunos. ¿Qué pasa por tu cabeza cuando estás a punto de probar una comida de la que no tienes pista sobre el efecto que tendrá en tus sentidos, especialmente cuando la comida no se ve ni huele atractiva?
AS: Primero cedes a lo que puedes ver visualmente. Eso me da una indicación, como un barómetro. Una vez lo tengo claro, puedo ver si va a gustarme. He comido cosas inimaginables, que apestan. Debes tener la mente abierta. Entender que toda la comida en nuestra cultura americana es muy pesada. Cuando mi tío y yo viajamos por los países latinoamericanos, nunca preguntamos qué tiene esto, ni si podemos probarlo. Para mí, es apreciar el arte de otra persona. Al final del día alguien ha vaciado su corazón y, en esencia, está dando parte de él. Créeme, he tenido los mejores ingredientes, como langosta, muy mal preparados. Hasta con eso se puede hacer un desastre.
TLC: Si, digamos, 11 millones de personas fueran deportadas, ¿qué pensarías que eso haría a la industria de alimentos de los Estados Unidos?
AS: La paralizaría. Estamos viviendo tiempos diferentes y la realidad es que esa gente está aquí. Paralizaría no sólo la industria alimenticia, sino la industria agrícola, la hotelería, o sea, muchas áreas. No puede estar bien durante cincuenta años y entonces de repente tratar de mandarlos abruptamente. Además, si documentaran legalmente a esas personas, el dinero de sus impuestos nos ayudaría a salir del déficit.
TLC: ¿De dónde sacas la confianza en lo que haces?
AS: No tuve mucho mientras crecía y ahora tengo un poco, no voy a permitir que nadie se lo lleve. No voy a perderlo. Trabajo duro todos los días. Cuando camino en la cocina muchos de los jóvenes que trabajan allá me buscan. Vienen y me buscan. Piden fotos conmigo. Eso significa mucho para mí.
TLC: ¿Qué haces para relajar tu mente y tu cuerpo y distenderlo de las presiones de la vida?
AS: Soy cinéfilo. No soy una persona muy interesante. Soy más bien casero. Trabajo mucho, de manera que no puedo pasar toda la noche fuera. Por ejemplo, algunos días tengo que estar en una grabación a las 6 a.m. Si salgo, no puedo cambiar de la fiesta al trabajo. Eso es parte de mi éxito, ser responsable con mi arte. Me encanta escuchar música latina. Cuando estoy en diferentes pueblos, me gusta ir a clubes latinos. También voy a los mercados. Y soy budista. Me gusta dar de mi tiempo.
TLC: ¿Cómo un mejicano-americano se vuelve budista?
AS: Mi ex-esposa es budista y me llevó a la práctica. Nos casamos en una ceremonia budista. Me gusta la idea de honrar, causa y efecto, y estar en sintonía con el universo.
TLC: Arma el taco Aarón perfecto para nosotros. ¿Cuáles serían los ingredientes de la tortilla?
AS: No hay nada mejor que un buen Al Pastor con un poco de cebolla, una buena salsa, con dos tortillas dobles de maíz